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Humor corporativo en la red: la diferencia entre hacerse el simpático y serlo

Seguro que recuerdas el tuit ingenioso de aquella cadena de supermercados o de aquella empresa de autobuses que se hizo viral en pocos minutos y que reforzó su imagen fresca, próxima y divertida. Desde entonces, sueñas con que se te presente la oportunidad de hacer tu propio chiste para dar un empujón a tu negocio vía redes sociales. Claro que, tal vez, no te faltan oportunidades, sino que tienes dudas sobre la conveniencia de utilizar un tono humorístico: ¿y si tus seguidores se lo toman mal? Por todo ello, en este post te ofrecemos algunas claves y consejos sobre el tono de los mensajes en las redes sociales desde un punto de vista corporativo.

Parece una obviedad, pero lo primero que debes hacer es pensar en la percepción que quieres que tus seguidores tengan de tu negocio. Si tu empresa fuera una persona, ¿cómo te gustaría que la considerasen? ¿Como una compañera responsable que te da soluciones profesionales y entiende tu oficio mejor que nadie? ¿Como una amiga leal que está a tu lado cuando más lo necesitas? ¿Como una colega que siempre está dispuesta a ir de compras, salir de fiesta o hacer un viaje improvisado?

Hacer este ejercicio te ayudará a modular tu nivel de simpatía y proximidad en las redes sociales, y plasmarlo en los textos, imágenes y vídeos que vayas publicando. Pero ten en cuenta que lo importante no és tanto determinar si puedes hacerte el simpático con tus seguidores, sino en qué grado y con qué tipo de humor. Por ejemplo, si te diriges al consumidor final y es un público mayoritariamente joven, tendrás que conocer muy bien su lenguaje y sus bromas, que posiblemente sean más directas y agresivas que si te enfocas en un público adulto y acomodado, más favorable a la ironía y los dobles sentidos.

Incorporarte a los Trending Topics del momento puede ser una buena estrategia, pero no lo hagas de manera forzada y, sobre todo, no caigas en anacronismos o chistes que tu público no entenderá por cuestiones de edad o de intereses: podrías convertir tu marca en la caricatura del señor Burns. Del mismo modo, tendrás que adecuar el tono en función de la red social que gestiones: en Twitter e Instagram hay más permisividad que en Facebook y LinkedIn, donde una salida de tono puede ser interpretada como una falta de profesionalidad.

Y si tu negocio es B2B, ¿tienes que renunciar al humor? No necesariamente: hablar de manera informal sobre la calidad de tus productos o desdramatizar problemas puntuales sirve para romper el hielo con los clientes, que pueden coger más confianza por medio de la empatía. Ahora bien, aquí entra en juego otro concepto: el don de la oportunidad. Antes de enviar el tuit o de publicar el post, pregúntate cómo se lo tomarán tus seguidores en ese preciso momento. Valora si es adecuado el tono humorístico en momentos de crisis reputacional, ya que probablemente tus mensajes se volverán en contra; y cuidado con lo que dices cuando haya una situación delicada en tu territorio, ya sea una protesta laboral, una reivindicación social o unas elecciones.

En definitiva, el humor o la simpatía pueden aportar importantes ventajas a tu empresa: sirven para llamar la atención entre el aluvión de mensajes corporativos que invaden las redes, provoca respuestas emocionales en los usuarios y la hará más humana y cercana. No descartes utilizarlo de entrada: analiza el público objetivo, gradúa la intensidad (de bromista contumaz a sólo simpático), planifica los mensajes y mide los resultados. Por cierto: un buen inicio sería que la persona encargada de gestionar las redes de tu negocio tenga sentido del humor, porque así también sabrá reaccionar en caso de que haya respuestas o contraataques por parte de los usuarios. ¡Nada menos gracioso que una empresa que no sabe encajar una broma!

Si necesitas una mano, en Zinkdo estaremos encantados de ayudarte.