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Una etapa profesional inolvidable

Una vez me preguntaron: “¿Por qué Zinkdo?” Mi respuesta fue: “Zinkdo es sinónimo de trabajo bien hecho, de cuidado por los detalles, de compromiso y responsabilidad con el cliente, y de compañerismo y de buen rollo con el equipo. Sin duda, una magnífica oportunidad para aprender, disfrutar y crecer profesionalmente. Para mí es un placer formar parte de la familia Zinkdo desde casi sus comienzos.”

Hoy releo la respuesta y sonrío. Me siento afortunada. Pocas veces haces balance y las palabras que fluyen destilan tanto positivismo: trabajo bien hecho, compromiso, compañerismo, aprendizaje, buen rollo, familia… La vuelvo a leer y me nace un sentimiento de orgullo. Afortunada y orgullosa, esas serían las palabras que hoy añadiría a mi respuesta de hace unos años.

No me gustan las despedidas, a mí tampoco se me dan bien. Pero ante la propuesta de escribir unas líneas sobre esta aventura que comenzó hace seis noviembres, me parece justo, y hasta romántico, volver la vista atrás.

Del Zink al Do, un universo de experiencias

Un aspecto fundamental durante mi etapa en Zinkdo ha sido el amplio abanico de proyectos en los que he podido colaborar. Perfectamente alineada con la filosofía de la empresa, ha sido muy gratificante contribuir a mejorar la labor de startups, grandes compañías, instituciones o medios de comunicación. El Zink siempre entraña un reto, el Do el placer de ponerse manos a la obra. Un equilibrio perfecto que también balancea y revitaliza tu yo profesional.

Elaborar estrategias de comunicación para compañías en entornos tan distintos como el académico, el gastronómico o la comunicación local han sido desafíos interesantes. Pongo también el acento en la satisfacción que ha me ha supuesto gestionar y dinamizar las redes sociales en el entorno turístico, de compañías de corte científico-médico o cultural. Impartir formaciones también ha sido fantástico, ayudar a otros a gestionar su comunicación digital es muy gratificante, sobre todo porque es bidireccional; en todas estas charlas y cursos el formador también amplía sus conocimientos. Son experiencias que siempre suman.  

Y no me puedo olvidar de la monitorización, el servicio al que más horas he dedicado y en el que he podido especializarme. Todos tenemos un ojito derecho, el mío es la escucha activa. Detectar quién dice qué, cuándo y dónde es fundamental dentro de la comunicación digital. Proporcionar al cliente las claves para conseguir que se amplifiquen las alabanzas y ofrecerle la respuesta oportuna a esa crítica que le causa tanto daño ha resultado especialmente motivador, al igual que trabajar en la redacción de protocolos de crisis. Un gustazo convivir entre datos y gráficas, sobre todo teniendo en cuenta la utilidad que han tenido.

El equipo, el factor diferencial

Pero si de algo me siento especialmente orgullosa es de haber formado parte de un equipo tan especial como el de Zinkdo. El grupo humano que compone esta empresa es consecuencia directa de su éxito. El talento de cada uno de ellos se ha entremezclado siempre con compañerismo, sentido del humor y complicidad. Me llevo la mochila llena de aprendizajes de cada uno de ellos, aprendizajes profesionales y personales. Un lujo trabajar con vosotros, equipo.  

Y, como no podía ser de otra manera, un agradecimiento especial para Víctor Puig, el alma de este equipo. He tenido el placer de disfrutarlo como profesor, como director de máster y como compañero en Zinkdo. Me quedo con infinitud de detalles y con todo lo aprendido a todos los niveles. Un gustazo vivir está experiencia contigo desde el principio. Gracias infinitas por la oportunidad y la confianza.

Y así termino esta reflexión, tal y como la empecé, sintiéndome afortunada y orgullosa. Qué suerte vivir el nacimiento de una empresa, verla crecer, sortear adversidades, hacerse fuerte y exitosa… Qué satisfacción haber formado parte de ella. Os sigo de cerca. ¡Nos vemos por el camino!